Cuando nuestro pintoresco quijote de la moral salió de vacaciones, anunciando con mucha parsimonia que no vayan a pensar nada distinto de lo que el declaraba que sucedía, pero rodeado de un aire de misterio, muchos pensamos que lo peor estaba sucediendo. Lo peor, claro, en este caso, era que simplemente se vaya de vacaciones, y vuelva con su mediocre periodismo al termino de las mismas, para seguir generando opinión.
Pero vaya sorpresa anunciada; la semana pasada, con todo el misterio del caso, el tinterillo de chulqueros elitistas, Jorge Ortiz, renunció con un motivador discurso en defensa de la democracia, los valores de la Familia, Propiedad y Tradición, agradeciendo en primer lugar a aquel personaje infeccioso para el Ecuador, Fidel Egas Grijalva y en segundo a la caterva de energúmenos cuasi iletrados que son las élites que se identifican plenamente con esa forma mentirosa de ejercer el periodismo y la comunicación.
El gobierno del omnipresente Rafael, dueño y señor de la justicia divina, por que la terrena se queda en manos de la división de los poderes del estado siguiendo el ejemplo de la ilustración francesa; no se ha pronunciado, pero de largo es una victoria para otro gravísimo error, la concepción de la comunicación como espacio de enfrentamientos en donde se desarrollan estrategias símiles a las criticadas, siendo este paralelismo un elemento en donde la justificación de las acciones se fundamentan en la lucha que ha toda costa se debe llevar a cabo por mantener una visión determinada de los fenómenos en el país; dicho de otro modo, ni Ortiz, ni el gobierno, buscan un pluralismo dialogante que tienda desde lo subjetivo del quehacer noticioso e informativo una objetividad en común, sino que tratan que sus respectivos berrinches y rabietas pasen como información objetiva, y de calidad.
Eso si, el Rafico, debe estar saltando en chulla pata, y ni decir el circulo rosa, han logrado bajar a dos de los más combativos periodistas de la oligarquía nacional, Vera, que con excusas pendejas alega el problema con el apuntador, y Ortiz, que con renovadas excusas pendejas de nuevo orden, declara que sale por que su presencia puede interferir en la venta del canal propiedad de banqueros.
El artículo 312 de la constitución promulgada en el año 2008, especifica lo que ha sido un aspiración de muchos sectores sociales en el Ecuador, que los banqueros, representantes legales, accionistas o miembros de la junta directiva no sean participes en la tenencias de medios de comunicación, su ejecución entro ya en vigencia, de tal modo, que tienen hasta octubre para enajenar dichos bienes.
La necesaria e importante separación entre los poderosos intereses de los sectores financieros frente al poder que genera el control de la opinión pública con los medios de comunicación masivos, es una reivindicación lógica para el control del exceso de poder acumulado en manos de un solo grupo elitista de la sociedad.
Esto ha sido leído por Ortiz, como un ataque directo, injustificado y de mala a fe a Teleamazonas, sin tomar en cuenta, claro, capítulos desastrosos del quehacer informativo de dicha empresa, cuando por ejemplo, años atrás, se suscito un grave conflicto de denuncias encaminados por intereses particulares entre los canales de televisión de banqueros rivales, como fue TC, cuando se encontraba en manos de los Isaías, y Teleamazonas, en manos del banco Pichincha, cumpliendo con el adagio popular “cuando los compadres se pelean se sacan los cueros al sol”, y desarrollando graves denuncias que jamás han sido investigadas.
Esta utilización de un medio de comunicación masiva, como una palestra política en donde se justifican los actos de las élites corruptas, es una tendencia mundial, en donde la concentración de los medios en manos de elementos reaccionario de la sociedad, es vista y defendida como el derecho a la libre Expresión, más, de acuerdo a nuestro análisis de calle, se trata de bravatas y estrategias proteccionistas para las oligarquías, que tratan de encontrar justificaciones frente al terrible hecho de informar a medias y con mentiras, como constantemente lo ha venido haciendo el canal cuatro.
Ortiz, sale, culpando al gobierno, no a un apuntador. Y si bien es cierto hemos visto la tenaz lucha que en contra del amargado licenciado se ha levantado a través de la secretaría de comunicación de la presidencia de la república con las insufribles cadenas nacionales, o candentes insultos por parte del presidente Rafael; el patucho ególatra, se quebró, planteando que su salida es un “salto al vacio”, que no gana absolutamente nada de esto, y quien diga lo contrario miente. Pues siendo un poco maliciosos en este caso, y corriendo con el riesgo de ser llamados mentirosos, estamos seguros que el salto al vacío es con cuerda, o con red para detener su caída, y la red es la tejida por los intereses de esa asquerosa oligarquía bancaria empatada con los intereses de la compañía de Jesús y sectores conservadores de la franciscana urbe capitalina.
Que estará ganando ¿quién sabe?. Muchas tesis se pueden levantar al respecto, más su influencia real, seguirá siendo desde alguna estrategia un elemento aglutinador de la tontería miope y las ganas de reivindicar un pasado clasista e injusto por parte de las élites ecuatorianas. Pero de algo estamos seguros, es que su salida de la pantalla, no quiere decir que salga del orbe de influencia de la opinión pública.
Estar todas las mañanas con una sonrisa forzada y un comentario irónico no es la única manera de ejercer el periodismo, ni la comunicación, y de seguro este hombre, cuál plaga, debe estar adaptando sus condiciones para resistir los embates de la otra gran plaga, la maquinaria mediática del gobierno.
Pues bien, que mejor que entre ellos se eliminen, el problema es que los dos lo ejecutan con dineros del pueblo, los unos, con los impuestos y la obligación de ser contribuyente a un estado que si bien ha gastado mejor y con más calidad que otros gobiernos los recursos, sigue gastando a sus expensas en tonterías y berrinches, mientras que los otros, los banqueros, usan los depósitos de los cuenta ahorristas para la misma clase de gastos en defender sus tesis reaccionarias.
Jorge Ortiz, el liberal a ultranza, ideologizado, ahora desempleado, lloró a mares por ser el perdedor frente a la estrategia de dominación del gobierno. Ahora, que todos sabemos lo que pasa, solo cabe esperar la venta de teleamazonas, aunque la revocatoria de la frecuencia, propiedad del estado, y su embargo debería ser la primera, sino la única alternativa.
C. Andrade / NARASE
jueves, 2 de septiembre de 2010
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